Quien bien te quiere | El mundo en blancos y negros

Escrito a las @ 10:06 PM el dia 18 Abril 2011 por admin

Chinches de las conciencias llorar la causa Agrocybe aegerita, seta de chopo sareb juicio final Dia de las Aves

- En torno al @RealMadrid hay gente que se inventa cosas y luego las eleva a categoría, Florentino Pérez a otro de los Manolos cara a cara en Telecinco. A diferencia del periodismo desde cualquier planteamiento, los speakers deportitivos parece que se sienten obligaos a dar espectáculo o a intentar formar parte de él, pues al fin y al cabo sus caretos salen por el plasma más que los de los jugadores y Rajoy juntos. Que esos burdos montajes elevaos a categría caigan en gracia encima es casi para vergüenza del periodismo corriente y moliente, que se siente obligao a dejarse arrastrar por el partidismo acrítico y se convierten en hooligan de la peor estofa.
- Debo ser el único entrenador del @RealMadrid que nunca visitó redacciones de periódicos, José Mouriño. Lo que no entiende el bueno de Mou ni casi nadie es que pese a la censura y la férrea inquisición sobre temas políticos y sociales, durante la tiranía de Franco los cotilleos y lo que se dijera del fútbol y los toros estaba no solo permitido sino alentao como distracción. Alguien que viajó a Cuba me contó que allí estaban muy cotizadas revistas ilustradas como el Hola, la más conocida del sector, de las pocas multinacionales españolas, pues se edita en varias lenguas, y que incluso se pagaba y cobrarba por dejar verlas. Todavía no llegamos a tanto, aunque si hacemos caso a Florentino parece que vamos camino. Si todo va bien los directivos, los jugadores, los periodistas, el personal técnico y auxiliar a su cargo, los aficionaos que pagan la fiesta, los árbitros y en generaltos los subgrupos asociaos a 1 equipo de fútbol triunfant son o somos 1 piña, 1 paratos y para todo, no hay aristas y 1 fuera de juego descarao ó 1 penalty inexistente que pitan o no según nos conviene ni existen porque hay tantas cosas bonitas que hablar en esas ocasiones que lo malo vamos a callarnos y ya nos dirán lo que nos tengan que decir cuando toque. En esas llegamos al bache o al socavón de mitad de temporada por cualquier cosa, unas vacaciones mal digerías, los inevitables desacuerdos en las comisiones por fichajes y por las expulsiones, el equipo ya no gana ni de manera angustiosa o como sea y empiezan los problemas, rápidamente se vierten culpas como aceite hirviendo sobre el jugador pararrayos señalao como chivo expiatorio, el díscolo que dicen los periodistas pues al concitar tanta atención los equipos triunfantes necesitan especialistas para todo, implacables las crisis y los otros subgrupos con el mejor futbolista español de la historia de nombre Raúl González. Es muy raro que el chivo expiatorio, normalmente un veterano a punto de retirarse acepte de buen grado su responsabilidad cuando le toca, para eso está y se niega a hacer declaraciones, en otras palabras, se niega hablar, no talk please. Teniendo en cuenta que en las disciplinas masivas notos pueden ser tenores o porteros o goleadores o auxiliares ni pueden jugar a la misma vez, hasta el chivo expiatorio culpable desde antes del desastre y por varios años después, hasta lesionao questé, también tiene amigos dentro de su subgrupo y sus aliados, por lo que les pueda tocar también dicen vamos a callaños. Por si no fuera ya de todo punto imposible soportar tanta desgracia junta van los mataos esos menos cuando tienen que cobrar y pierden otro partido y aquí es donde estalla como una enana marrón la originalidad absoluta del fútbol: el grupo compacto de los triunfos se subdivide en subgrupos y cada 1 de los subgrupos de directivos, jugadores, periodistas de deportes, personal técnico y auxiliares a su cargo, aficionados que pagan la fiesta, árbitros y demás por su cuenta y riesgo cierran filas sobre su subgrupo y se enfrentan a los demás subgrupos de manera tan cruenta como la de los legionarios romanos de las películas con el lema de los mosqueteros hasta el punto de olvidarse de los rivales presuntamente deportivos que con un poco de suerte, mala para ellos, vienen a pescar en río revuelto y salen trasquilaos con una crisis morrocotuda que parece que se traspasa como los jugadores y los árbitros que se llevan sin saber ni cómo les vino ni cómo fue, no hay que hacer leña del árbol caído mejor hacer hachas.

- ¡Periodistas terroristas! ¡periodistas terroristas! el estadio es un clamor incluso ganando pues en el mejor de los casostos los subgrupos saben cuál es el subgrupo más débil, hasta los periodistas saben que son la suela de los poderosos que les mangonean y que por debajo de ellos se dan de cara y se lijan con los escupitajos del suelo, en general el personal de vigilancia y seguridad que para lo que les cuesta lo mismo les valen para un roto que para un descosío, unos puntitos y arreglao. Los periodistas de deportes son unos machotes y sin duda son los de las secciones de estrellas de los periódicos y los telediarios los que se levantan a las becarias con menos entendimiento, tal para cual se diría pero por desgracia en un momento dao comparten o pueden corpatir subgrupo con un montón de intrusos que se conforman con las migajas de los canapés y el exabrupto de un famoso que les pille la esponja del micro al pegarles un buen portazo en las narices les cotiza profesionalmente como 1 autógrafo o como lo que queda de 1 billete con el que shan encendío el puro que le van a meter a alguien como se pase ni 1 pelo.

- ¡Gestos, gestos, gestos necesitamos gestos! en las fotos tiene que parecer que se están peleando, pero los famosos nunca habla no de su vida privá, otra cosa es de la vida privá y hasta de las conversaciones privás de las y los que dicen sus amigos, a los que incluso llevan la contraria si les peta e incluso se les enfrentan en juicios previamente perdíos pero que joden o como mínimo asustan y luego pelillos a la mar, hacen las paces y en la gloria. No estamos ante la categoría de periodistas con o sin estudios intrusostos sino la de los vividores.tos estos son a su vez grupos cerraos como el puño de 1 modisto con la subvención que le cae 2 veces 2 al año bien amarrá que con eso tien que tirar sin otra obligación que la de arrastrar la lengua por donde pisan los que reparten las subvenciones, pero a diferencia de los exitosos grupos deportivos en su caso la piña viene marcá por la escasez y es que no hay sillas para tanta gente, por tanto los de su comunidá autónoma los primeros, luego los de su nación, luego los del gremio o barrio al que representan, algún personal de servicio como camareros, cocineras y chóferes si cuentan chistes porque demuestran que se van a tomar con gracia lo que les echen, pero ni becarias ni aprendices ni parvenús que lo mismo se vuelca la pasarela comun columpio de tanto peso. Llega turno del gilipollas que como se sabe va y le pregunta a otro amiguete de otro amiguete de otro amiguete por lo que hizo o no o dicho o no otro amiguete de los susodichos y entonces el otro amiguete interpelao monta en cólera, se pone una silla por montera y se va ofuscao de 1.000 demonios y tú vas y piensas con la boca cerrá que no te vea nadie y se ría de todo “pos la próxima va a ir a su rueda de prensa y le va hacer preguntas su mayordomo” y la promoción gratuita, viral o parásita que van hacer de su producto tantas veces repetío una y otra vez lo mismo los periodistas con o sin estudios intrusos y becarias de los gratis. pues no pasa nada porque llegao el caso si hace falta nadie se acuerda y sobre todo de nadie y los demás que no sean otros de ellos unos rencorosos o según los casos envidiosos.

- ¿Acaso no nos vimos inundados el verano de 1994 por 1 avalancha de imágenes espantosas, aunque muy trabajadas?, Edgard Roskis en Ajoblanco que la erupción del volcán Nevado del Ruiz en Armero, Colombia, 1 catástrofe natural, también grabó en la mente de la historia la oscura, la negra mirada de Omayra Sánchez, la niña que durante horas agonizó ante los ojos del mundo en 1 ciénaga. Omayra vió llegar quizá por primera vez en su breve vida varios helicópteros cargados con sofisticados equipos de televisión, radio y prensa, pero en ninguno llego la bomba de agua, el generador eléctrico y el equipo médico que, probablemente, habrían salvado a Omayra de la muerte. Un retrato que le hizo Frank Fournier en plena agonía mereció el Premio World Press Photo en 1986. En 1994, el fotógrafo sudafricano Kevin Carter mereció el Premio Pulitzer por 1 imagen en la que se ve con demasiada nitidez a un buitre que espera pacientemente la muerte de 1 niña en los alrededores resecos de lo que era al parecer un centro de refugiados en Sudán captada en marzo de 1993, otro premio polémico el Pulitzer de 1994, pues el fotógrafo declaró en un reportaje emitido por TV que después de espantar al buitre no ayudo a la niña, “pues pensé”, dijo ante la cámara, “que había demasiados niños en esa situación”. Carter, murió axfisiado por emanaciones de gas dentro de su coche el mismo verano de 1994, pocos meses después de la foto y del premio con 33 años en lo que sigue siendo accidente para unos, suicidio para otros según las noticias que siguieron apareciendo sobre los sucesos de 1994 en 2007:

- Es la foto más importante de mi carrera, declaró Carter poco antes de morir, pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio, todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña. Carter había sido el primero en fotografiar 1 ejecución mediante el sistema del collar, un anillo de gasolina alrededor del cuello de la persona a la que se ejecuta prendiéndole fuego en Sudáfrica en los últimos tiempos del apartheid. El choque entre las ideas de solidaridad y profesionalidad terminó estallando sobre la conciencia de los periodistas occidentales con motivo de los lamentables sucesos de Ruanda. El artículo de Edgard Roskis titulado “Blancos filman a negros”, publicado en Le Monde Diplomatique y traducido al español por Ajoblanco en enero de 1995, hurgó en las heridas abiertas al afirmar: “la región de Goma y el triángulo de la zona humanitaria segura creada por militares Franciases, tenían la ventaja de proporcionar a estilistas y demás cazadores de premios, en un reducto casi tan limitado como un hipermercado, en abundancia y al instante, el tema inagotable que alimenta constantemente nuestra imagen de África”. Las catástrofes naturales y las no naturales que suceden en el mundo entran en nuestras vidas junto con la comida. Al empuñar la cuchara, un busto parlante nos anuncia que van a dar paso a unas imágenes que necesariamente tienen que herir nuestra sensibilidad y nos tragamos la sopa viendo la agonía de Omayra en 1 ciénaga, de la niña acosada por un buitre a la que nadie ayudó, de los hutus, de los bosnios, de los kurdos, de los niños del Brasil, del Perú, de Colombia, y de tantos y tantos de nuestros semejantes. El resto de la comida discurre tranquilamente entre los sucesos que nos rodean, mas digeribles y si les da tiempo a los editores de imágenes, hasta diseñados. En el postre, los spot publicitarios nos recuerdan que si queremos seguir comiendo así de tranquilos, debemos comprar los productos blancos y relucientes que los mas vistosos de nuestros semejantes nos muestran con la mejor de sus sonrisas. El consumismo de objetos y en menor medida de experiencias, como por ejemplo el turismo o los deportes de riesgo, verdaderos motores de la economía en las sociedades llamadas desarrolladas, vende sus productos envasados aprovechando el tremendo, el sobrecogedor a veces espectáculo que ofrece la misma realidad en la que vivimos. Por decirlo de otra manera: todo eso que vemos está pasando realmente aquí, en el planeta Tierra, y ahora. Según la lectura que nos ofrecen las imágenes que se emiten, que se ven en los medios de comunicación, la única ideología vigente que parece merecer la atención general es la que rebuznan mas que dicen unos chistosos barrigones cuyos mensajes racistas hasta con los del pueblo vecino, machistas, irreverentes con cualquier creencia seria, irrespetuosos con los débiles, etc., son aplaudidos por 1 masa tan encandilada por los efectos luminotécnicos como adormilada en el momento en que son requeridos para plantar cara a tanta injusticia, a tanta miseria. Es probable que a la vista de estas imágenes, de todas las imágenes, las personas que sobreviven en los lugares que llamamos subdesarrollados, mas del 80 % de nuestros semejantes, sientan que nuestras fronteras son como 1 alambrada de espinos de un gran campo de concentración y exterminio en el que solo ellos están atrapados y por eso se juegan la vida para atravesarlas. Mejor sería presentar un mundo gris en nuestras imágenes, pues ni nuestras sociedades son blancas y relucientes como la superficie de un electrodoméstico ni las suyas son tan negras y aristosas como 1 piedra de carbón. No está ni entre las posibilidades ni entre las obligaciones de los fotógrafos el arreglar las situaciones que fotografiamos, pero sí se nos puede exigir que no pisoteemos los cadáveres y por supuesto, que no hagamos carroña de la cara miserable con la que a veces nos mira la realidad. Esa miseria aparentemente ajena y lejana, también es nuestra miseria y no está tan lejos.

Será por ciervos Será por ciervos Encierros de Dolores Golpe de suerte Julio Aparicio de muleta
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